La Ciencia Cristiana en el Parlamento Mundial de Religiones

Vista panorámica de la Exposición Colombina en Chicago en 1893. Cortesía de la Biblioteca del Congreso de EUA, División de Grabados y Fotografías, LC-DIG-ppmsca-44787.
Una revolucionaria conferencia interreligiosa tuvo lugar en Chicago juntamente con la Exposición Colombina de 1893. El Parlamento Mundial de Religiones dio comienzo el 11 de septiembre de 1893 en un auditorio auxiliar que hoy en día alberga el Instituto de Arte de Chicago.1 Por primera vez en la historia, se reunieron los representantes de varias religiones del mundo, bajo el patronazgo de unidad y hermandad, para hablar sobre religión.
El Parlamento se realizó gracias a los esfuerzos en conjunto de Charles C. Bonney, un juez de la Corte Suprema de Illinois, y de John Henry Barrows, un pastor presbiteriano de Chicago.2 Si bien es lícito que se le diera a Barrows el crédito como artífice, la idea original fue de Bonney. En una carta enviada a los líderes religiosos, se enfatizó claramente el mensaje de unidad y aceptación para todas las religiones:3
Con cariño invitamos a los representantes de todas las religiones a que nos ayuden a presentarle al mundo, en la Exposición de 1893, las armonías religiosas y la unidad de la humanidad, y también a mostrar las voluntades morales y espirituales que son la raíz del progreso humano.4
Aunque el mensaje de unidad entre las religiones se alzó como el objetivo final, hubo críticas de que “el Parlamento mismo estaba centrado en el cristianismo, con un fuerte trasfondo de evangelización dirigido a los otros líderes religiosos”. Según la erudita Katherine Marshall, el evento “reunió a las voces líderes en el emergente campo de los estudios religiosos con los líderes teólogos y religiosos”.5
Inicialmente, algunos especularon que no se reconocería a la Ciencia Cristiana como denominación religiosa, excluyendo así enteramente a la religión de la conversación en la escena mundial. Mary Baker Eddy tenía dudas y se mostró escéptica respecto a la presentación y exhibición de sus enseñanzas en la exposición. Los beneficios de su inclusión eran evidentes, al igual que la percepción negativa si se le negara un espacio en ese evento a la Iglesia de Cristo, Científico.
Mary Baker Eddy fue enfática al responder a las solicitudes de que se presentara en Chicago:
En respuesta a todas las invitaciones que he recibido de Chicago para compartir la hospitalidad de sus hermosos hogares en cualquier momento durante la Feria Mundial, esa gran maravilla del mundo, respondo: No me esperéis. No tengo ningún deseo de ver o de oír lo que ofrecerá este próximo acontecimiento.
Yo tengo un mundo de Sabiduría y Amor que contemplar, que concierne a mí y a vosotros, infinitamente más que cualquier exposición o exhibición terrenal. En retribución a vuestra gentileza, os invito sinceramente a que lo contempléis conmigo, y a que os preparéis para poder contemplarlo.6
La inclusión de la Ciencia Cristiana como religión en un evento de tal nivel habría provisto a la nueva religión de Mary Baker Eddy tanto de exposición como aceptación. Y la invitación para que los Científicos Cristianos presentaran un discurso permitiría que se compartieran los dogmas de su fe en la escena mundial. El momento decisivo ocurriría tan solo un año después de la reorganización de su incipiente iglesia como La Iglesia Madre, La Primera Iglesia de Cristo, Científico.
Los alumnos de Mary Baker Eddy fueron la fuerza principal en su acuerdo final para que la Ciencia Cristiana jugara un papel en el congreso. A la iglesia se le asignó un lugar en el evento, gracias a su continua perseverancia.
Los preparativos comenzaron en serio una vez que se hizo evidente que se les proveería de lugar y de una plataforma. Si bien Mary Baker Eddy estaba renuente a participar directamente en el evento, aun así, guio con cuidado la presentación de la religión para mostrarla de la mejor forma posible. En una carta a su alumno William B. Johnson, Secretario de La Iglesia Madre y miembro de la Junta Directiva, Mary Baker Eddy designó cuidadosamente la manera en que prefería que se preparara el texto:
Deseo que tú selecciones las mejores y detalladas citas que se encuentren en todas mis obras… Ten cuidado de no citar pasajes que embistan las creencias religiosas de cualquier otra denominación…
Mis razones para ello son que “lo que está escrito, escrito está”. Los textos están contenidos en esas obras, y yo, por mi parte, no me aventuraría a desviarme de las enseñanzas esenciales de estos libros con todo el trabajo que fue dedicado a ellos. Creo que nada puede ser dicho que sea más satisfactorio sobre el tema, que he dado, para definir la Ciencia Cristiana de la manera antes mencionada.7
Una serie de intercambio de documentos muestra el desarrollo de las correcciones hechas al discurso. Mary Baker Eddy, junto a Calvin Frye, su secretario, y Septimus J. Hanna, que en ese entonces se desempeñaba como pastor de La Iglesia Madre8 y redactor de The Christian Science Journal, construyeron cuidadosamente el mensaje que se leería en el Parlamento el 22 de septiembre.9
Como el tema del congreso se centraba en la unidad y la hermandad, el tono y el título del discurso —“Unity and Christian Science” [La unidad y la Ciencia Cristiana]— reflejaba la naturaleza inclusiva del evento.10
El siguiente extracto integra el tema del congreso con los principios fundamentales de la Ciencia Cristiana:
La hermandad universal del hombre es el factor principal en la Ciencia Cristiana. Tener un Dios es tener un Padre, y esto establece científicamente la hermandad del hombre. El primer mandamiento del decálogo hebreo, comprendido, revela el verdadero Principio de la hermandad del hombre, y la imposibilidad para los hijos de Dios de tener mentes antagónicas, y así estar en guerra entre ellas. Unidos en el Principio Divino, practican la divinidad, y así cumplen con lo dicho en las Escrituras: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”.11
Además, al crear la conexión entre las Escrituras y la Ciencia Cristiana, como se ve en el próximo pasaje, al igual que en el de arriba, Mary Baker Eddy le proporcionó al público un precedente histórico espléndido para la Ciencia Cristiana:
El término hebreo que agrega una letra más a la palabra God [Dios] y la convierte en Good [el bien], une la Ciencia con el cristianismo, por lo cual sabemos que Dios, el bien, es universal, y es el Principio, la Vida, la Verdad y el Amor divinos. Este Bien trino es alcanzado por medio de la bondad; por medio de la Mente en vez de la materia, del Alma en vez del sentido, y por el entendimiento y la demostración.12
El discurso fue recibido con entusiasmo. Inicialmente, Mary Baker Eddy y sus alumnos estaban exuberantes. Según el biógrafo Robert Peel, “Toda la casa, incluida la misma Sra. Eddy, se vio envuelta en una ola de júbilo a medida que las noticias llegaban de la excelente impresión hecha por la presentación de la Ciencia Cristiana en general, y de su texto en particular”.13
Pero desafortunadamente el evento no estuvo exento de inconvenientes. Septimus J. Hanna envió el texto del discurso para ser publicado, expresamente contra las órdenes de Mary Baker Eddy. Y aunque era una compilación de extractos de los escritos publicados de Mary Baker Eddy, el discurso se imprimió como si fuera la obra de Hanna.14 Si bien se tomaron medidas de inmediato para rectificar el error, el paso en falso de Hanna no hizo más que solidificar la decisión de Mary Baker Eddy de mantener el discurso fuera de publicación.
También se solicitó que el discurso de la Ciencia Cristiana se incluyera en The History of The World’s Parliament of Religions [La historia del Parlamento Mundial de Religiones] de John Henry Barrows.15
Mary Baker Eddy explicó su oposición a esto en una carta al juez Bonney:
Mi discurso leído por el juez Hanna ante el Parlamento de Religiones estaba sujeto a derechos de autor. Esto hace que los editores del periódico sean legalmente responsables…
Una palabra más. En primera instancia me opuse a que mis alumnos en la Ciencia Cristiana (que son muchos miles) participaran en la Feria Mundial. La Ciencia Cristiana inculca el amor espiritual por toda la humanidad, mas no la mundanalidad. Temo que la ambición de mis alumnos fue tocada. Tal y como están las cosas, me niego a que el antes mencionado discurso sea publicado en el libro de la Feria Mundial que contendrá ese material.
Mi Dios me exige que salga del mundo y no toque los objetos que en alguna manera desvíen mi sentido espiritual de la paz y la buena voluntad.16
Con el tiempo, y por medio de la continua correspondencia y persuasión por parte de su alumno de Chicago, Edward A. Kimball, Mary Baker Eddy aceptó que una versión abreviada del discurso podía ser incluida en la publicación de la compilación de Barrows.17 El primer y segundo volumen de esta obra están incluidos en la colección Libros de Chestnut Hill de La Biblioteca Mary Baker Eddy.
Peel sostiene que “lejos de aportar una mayor unidad entre la Ciencia Cristiana y las iglesias cristianas tradicionales, el Parlamento de Religiones cristalizó la oposición contra la Sra. Eddy y la Iglesia de Cristo, Científico”. Él señala las antiguas aprensiones de Mary Baker Eddy acerca de la participación como resultado de una percepción más afinada de la que adherentes capaces como Hanna y Kimball pudieran entender en ese entonces, de que el efecto real de la participación de la Iglesia en el Parlamento podría ser negativo:
Más de 80 años después, muchos de los indicios en las cartas de la Sra. Eddy se hacen evidentes. Cuando los historiadores sociales se vuelven a remitir al Parlamento de Religiones, casi de manera unánime ven su significancia única o principal en la introducción popular de la religión oriental en Estados Unidos. Si es que se hace mención de la Ciencia Cristiana —y esto rara vez sucede— es en el contexto de la impresión causada por ciertas formas exóticas de pensamiento oriental no cristianas como el vedanta y el bahaismo, y otras formas arcaicas hasta ahora representadas a los estadounidenses por medio de la teosofía.18
Pasarían otros 100 años antes de que, en los eventos del centenario de 1993, el movimiento moderno de interreligiones naciera de las semillas sembradas en Chicago.19 Pero los Científicos Cristianos aprendieron de inmediato algunas lecciones difíciles, aunque útiles, sobre lo que podría significar para su creciente religión ser presentada en el escenario mundial.
Este artículo también se puede leer en este sitio web en alemán, francés, inglés y portugués.
- “1893 World’s Parliament of Religions” [Parlamento Mundial de Religiones de 1893], sitio web del Instituto de Arte de Chicago, https://www.artic.edu/1893-worlds-parliament-of-religions/.
- Marcus Braybrooke, “Charles Bonney and the Idea for a World Parliament of Religions” [Charles Bonney y la idea para un Parlamento Mundial de Religiones], The Interfaith Observer, 15 de junio de 2012, http://www.theinterfaithobserver.org/journal-articles/2012/6/15/charles-bonney-and-the-idea-for-a-world-parliament-of-religi.html/.
- Marcus Braybrooke, “John Henry Barrows: Producing the First Parliament of Religions” [John Henry Barrows: La preparación del Primer Parlamento de Religiones], The Interfaith Observer, 15 de julio de 2012,
http://www.theinterfaithobserver.org/journal-articles/2012/7/15/john-henry-barrows-producing-the-first-parliament-of-religio.html/. - Ibíd.
- Katherine Marshall, “The Parliament of the World’s Religions: 1893 and 1993” [El Parlamento de las religiones del mundo: 1893 y 1993], The Interfaith Observer, 15 de septiembre de 2015, http://www.theinterfaithobserver.org/journal-articles/2015/9/3/the-parliament-of-the-worlds-religions-1893-and-1993.html?rq=Marshall/.
- Mary Baker Eddy, “Card” [Tarjeta], The Christian Science Journal, abril de 1893, 20.
- Mary Baker Eddy a William B. Johnson, 31 de julio de 1893, L03295.
- El año siguiente, el 19 de diciembre de 1894, Mary Baker Eddy ordenaría la Biblia y Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras como Pastor de La Iglesia Madre.
- “Christian Science at the World’s Religious Congress” [La Ciencia Cristiana en el Congreso Mundial de Religiones], Journal, noviembre de 1893, 343.
- Septimus J. Hanna a Mary Baker Eddy, 2 de septiembre de 1893, IC 033a.13.027.
- Mary Baker Eddy, “Unity and Christian Science” [La unidad y la Ciencia Cristiana], A10451C. Si bien esta no es una cita directa de los escritos publicados de Mary Baker Eddy, hace eco de las declaraciones que se encuentran en las páginas 276 y 340 de Ciencia y Salud.
- Ibíd. Este es un pasaje similar al que se encuentra en la obra de Mary Baker Eddy, La idea que los hombres tienen acerca de Dios, 2.
- Robert Peel, Mary Baker Eddy: The Years of Authority [Mary Baker Eddy: Los años de autoridad] (New York: Holt, Rinehart and Winston, 1977), 52.
- Ibíd., 52-59.
- John Henry Barrows, D.D., The History of the World’s Parliament of Religions [La historia del Parlamento Mundial de Religiones], 2 volúmenes (Chicago: Parliament Publishing Company, 1893).
- Mary Baker Eddy a Charles C. Bonney, 27 de septiembre de 1893, L09475.
- Peel, Mary Baker Eddy: The Years of Authority, 57.
- Ibíd., 58, 57.
- Véase Parliament of the World’s Religions [Parlamento de las Religiones del Mundo], “Parliament Convenings” [Convocatorias del Parlamento], 2015-2022, https://parliamentofreligions.org/.