¿Cómo enfrentó Mary Baker Eddy la falta de un hogar estable?
Cinco meses antes de fallecer, Mary Baker Eddy afirmó: “El vínculo más fuerte que he tenido, aparte del amor a Dios, ha sido mi amor por el hogar”.1 En el curso de su larga vida, ella vivió en numerosos lugares, en distintas condiciones, durante períodos cortos y largos. Podríamos decir que en algunas etapas de su vida su vivienda fue precaria, y conforme a por lo menos una estimación, se mudó casi 70 veces. Para ella siempre fue importante disponer de un alojamiento en el cual establecer su sentido de hogar como “el lugar más querido de la tierra” y “el centro, aunque no el límite, de los afectos”.2
En su búsqueda de una vivienda estable, Mary Baker Eddy encontró desafíos concretos entre los años 1844 y 1875. Había pasado su niñez y su adolescencia viviendo en dos hogares que su padre, Mark Baker, había provisto. La familia vivió primero en una granja de Bow, Nuevo Hampshire, desde su naciemiento en 1821, hasta 1836. Luego se mudaron a unos 40 kilómetros de allí, al pueblo de Sanbornton Bridge (más tarde llamado Tilton).
Cuando se casó con George Washington Glover, en 1843, parecía que su esposo, un contratista de obra, le aseguraría un hogar estable para siempre. La pareja se mudó a Carolina del Sur en 1844. Pero tan solo seis meses después, George Glover murió, y su viuda embarazada regresó a vivir nuevamente en la casa de sus padres. Siguieron más de 30 años de dificultades, durante los cuales ella luchó por encontrar lugares agradables y más permanentes para vivir. Estos años de inestabilidad terminaron en 1875, con la compra de una casa situada en la calle Broad, No 8, en Lynn, Massachusetts.
En ningún momento durante este tiempo Eddy llegó al extremo de tener que vivir en la calle; siempre apareció un lugar donde vivir, aunque a menudo dejaba mucho que desear. A veces vivió con parientes y en una ocasión en una casa que pertenecía a su hermana, Martha Pilsbury. Durante un tiempo se mudó con frecuencia a una serie de pensiones y hogares privados pertenecientes a otras personas. Según el biógrafo Robert Peel, “Para la Sra. Eddy, toda su vida fue de suma importancia tener su propio hogar, y una de las experiencias más difíciles que enfrentó fue tener que vivir durante un período tan largo de su existencia en las casas de otras personas”.3
Un ejemplo de los problemas que tuvo Eddy al vivir con parientes ocurrió cuando ella y su pequeño hijo, George Glover II, ya no fueron aceptados en la casa de su padre después de que este se volviera a casar en 1850, un año después del fallecimiento de su esposa. En 1851 ella se mudó a la casa de su hermana, Abigail Baker Tilton, donde vivió dos años. Tilton consideraba que George era un niño muy difícil de controlar y llegó a la conclusión de que, debido al agravamiento de su enfermedad, su hermana estaría mejor si no tenía que cuidarlo. Sin el consentimiento de Mary, Abigail tomó la decisión de que una joven de nombre Mahala Sanborn se encargara de cuidar al niño. Hacía poco, Sanborn se había casado con Russell Cheney, y la pareja se mudó con George a la remota aldea de North Groton, al pie de las White Mountains (las montañas blancas) de Nuevo Hampshire.
En 1853 Eddy se casó con el dentista Daniel Patterson, y a fines de 1855 se mudaron a North Groton; probablemente debido a su ferviente deseo de estar cerca de su hijo, a quien extrañaba terriblemente. Pero Daniel Patterson no permitió que George viviera con ellos, y un año más tarde los Cheney se mudaron a Enterprise, Minnesota, un pueblo situado a cientos de kilómetros, llevándose a George con ellos. Después de eso la precaria salud de Mary Patterson derivó en invalidez y su esposo ya no ganaba dinero suficiente como dentista para sostener a la familia. Esto, combinado con el pánico financiero nacional de 1857 y la depresión económica, finalmente llevaron a Martha Pilsbury a solicitar la ejecución de la hipoteca sobre la propiedad de North Groton.
El 20 de septiembre de 1859 Mary Patterson escribió en su diario: “Hoy mi hermana vende nuestra casa” (aunque no se mudaron sino hasta marzo siguiente). Luego escribió un poema expresando su angustia:
Padre, ¿no salvaste Tú al que se hundía en el oscuro oleaje?
¿Y libraste del abismo al que luchaba con el mar?
¿No ves las amargas lágrimas que derramo?,
¿No sabes de mi dolor y mi agonía? …
Pues mi alma enferma está muy triste, hasta la muerte,
con sombras tenebrosas de este mundo de aflicción;
el sólido fundamento de mi antigua fe,
se desvanece bajo mis pies, ¿a dónde huiré?
¡Oh Roca eterna, escóndeme en Ti! Escondida en Ti.4
Los Patterson se alojaron en una pensión de Rumney Depot, Nuevo Hampshire. Durante los siguientes 15 años, pensiones y casas particulares con habitaciones arrendadas serían los principales lugares de residencia de Mary Patterson. En esa época las mujeres a menudo administraban pensiones y arrendaban habitaciones, como una forma de obtener un ingreso extra. Durante ese tiempo ella a menudo estaba sola; su esposo viajaba con frecuencia. Fue capturado y hecho prisionero durante la Guerra Civil, y la abandonó en la primavera de 1866. Finalmente, ella se divorció en 1873.
Su situación de vivienda era inestable. Por ejemplo, en el otoño de 1867 se mudó al pueblo de Amesbury, Massachusetts, donde encontró alojamiento y comida en una casa amplia perteneciente a un capitán de marina retirado, de nombre Nathaniel Webster. Su esposa, conocida como “Madre Webster”, administraba la casa como una pensión. Cuando Eddy le dijo a la Madre Webster que se había sentido guiada a solicitar alojamiento allí, ella exclamó “¡Gloria a Dios, venga ya mismo!”5
Pero su estadía en la casa de los Webster duró solo unos diez meses. Cada verano, antes de que llegaran los nietos de Webster, los inquilinos de la pensión eran desalojados brevemente. Así que —una noche tormentosa— Eddy fue expulsada de la pensión junto con sus escasas posesiones. En ese momento un compañero de la pensión la acompañó hasta la calle, donde de inmediato encontró nuevo alojamiento en la casa de Sarah Bagley, quien se convertiría en una de las primeras estudiantes de la investigación bíblica a la que Eddy había estado dedicando todo su tiempo y atención.
Ciencia y Salud se publicó en octubre de 1875. Anteriormente ese mismo año —usando nuevamente su nombre anterior de Mary Glover (no se convertiría en Mary Baker Eddy hasta su matrimonio con Asa Gilbert Eddy, en 1877)— ella se había alojado en otra casa, en Lynn. Un día de marzo, ella miró por la ventana y vio que la casa al otro lado de la calle estaba en venta. Antes de fin de mes la había comprado.
En cierto sentido, en ese momento la situación cambió; ahora era ella quien arrendaba habitaciones a otros, reservando solo una pequeña parte de la casa para ella misma. La compra de la casa de la calle Broad, No 8, marcó el fin de sus años sin vivienda estable. Después de 1875, con la venta de sus escritos y el alquiler, sus ingresos aumentaron y pudo acceder a viviendas más adecuadas. Su amor por el hogar y la familia la llevaría luego a tener un hogar con empleados permanentes, que la ayudaron en su trabajo de llevar adelante el movimiento de la Ciencia Cristiana.
- Reminiscence File [Archivo de reminiscencias], diario de William Rathvon, anotación del 3 de julio de 1910.
- Mary Baker Eddy, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras (Boston: The Christian Science Board of Directors), 58.
- Robert Peel, Mary Baker Eddy: The Years of Discovery [Mary Baker Eddy: Los años de descubrimiento] (Boston: The Christian Science Publishing Society, 1966), pág. 140.
- Poema sin título, Cuaderno No 1, anotación del 20 de septiembre de 1859, A09001, 60-61.
- Declaración jurada de Mary Ellis Bartlett, citada en el libro de Georgine Milmine, The Life of Mary Baker G. Eddy and the History of Christian Science [La vida de Mary Baker G. Eddy y la historia de la Ciencia Cristiana] (New York: Doubleday, Page, & Co., 1909), 116.