¿Qué dijo Mary Baker Eddy acerca de la salud mental?
La promesa de curación y alivio del sufrimiento, incluidos los problemas de salud mental, atrajo a la gente a la Ciencia Cristiana desde sus comienzos. La obra principal de Mary Baker Eddy, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, incluye “Los frutos”, un capítulo compuesto por testimonios de los lectores del libro. Bajo el título “SALVADA DE LOCURA Y SUICIDIO”, uno de ellos —”E.J.B., Superior, Wisconsin, E.U.A.”— relata: “Hace algunos años, cuando estaba envuelta en oscuridad y desesperación a causa de la mala salud y de un hogar desdichado, alguien me prestó Ciencia y Salud rogándome que lo leyese”. El relato continúa explicando las transformaciones positivas que siguieron durante varios años.1
La Ciencia Cristiana, que Mary Baker Eddy descubrió en 1866, presentó una nueva teoría acerca de la enfermedad y el tratamiento espiritual, que ella relacionaba con las curaciones de Cristo Jesús. Puso sus ideas en práctica tratando a la gente mediante la oración, incluso en casos de trastornos mentales agudos. Por ejemplo, en un sermón que dio en Boston en 1884, ella contó una experiencia singular:
La semana pasada tuve una entrevista con un caballero que había escapado de un manicomio en 1868. Era un maníaco delirante, y lo estaban persiguiendo. Tan pronto entró en la pensión donde yo me hospedaba, la encargada corrió hacia mí y me dijo:
“estoy muy asustada, ¿podría venir? Hay un demente que amenaza con matarnos. Mi hija huyó, y yo he venido a pedirle ayuda”.
Fui con ella. El hombre tomó una silla y me apuntó con ella, pero yo miré hacia arriba, y el dejó caer la silla y me preguntó si tenía algo para decirle. Yo le dije que sí tenía, todo desde el lado espiritual. Lo primero es que usted no tiene una enfermedad del cerebro; nunca tendría por qué haber estado en el hospital para enfermos mentales. Luego llegaron la calma y el alivio, y el pobre demente se arrodilló ante mí. Estaba sano. La semana pasada lo vi, está casado y es padre de familia, un buen hombre. Después de eso nunca volvió a ser demente.2
Clara Shannon, alumna de Mary Baker Eddy, recordó una experiencia que tuvo lugar tiempo después:
Un día (en 1888 o 1889), cuando ella había terminado la sesión de la clase que yo integraba, me pidió que esperara a que los demás alumnos se fueran, y estando ella parada en el salón de clase de la Avenida Columbus 571, un caballero solicitó verla; traía consigo a su hermana, que tenía una gran necesidad de sanarse.
La Sra. Eddy se reunió con ellos en la puerta del salón y le pidió al hombre que esperara abajo mientras ella hablaba con su hermana. La creencia era demencia, y la mujer parecía aterrorizada. Nuestra Guía me contó que su alucinación era que tenía una serpiente enrollada alrededor del cuerpo y que la estaba asfixiando. Yo estaba asombrada, observando la cara de la Sra. Eddy al volverse para mirar a la mujer, que cayó al suelo gritando: “¡Me está aplastando… me está matando!”. Nuestra Guía miró hacia lo alto, como si en su comunión con Dios hubiera visto la cara de un ángel. En determinado momento dijo a la mujer: “¿Se ha ido?”. Pero la mujer no respondió. La Sra. Eddy repitió la pregunta, pero la mujer aún parecía no oírla. Entonces habló con autoridad y repitió la pregunta: “¿Se ha ido?”. La pobre mujer miró hacia arriba, mientras todo su cuerpo se sacudía y temblaba, y contestó: “¡Sí!”. Vi el cambio de expresión que se produjo en su cara, del temor a la paz y el gozo. Y, oh el amor expresado en la cara de nuestra Guía al mirarla, extenderle ambos brazos y levantarla, diciéndole: “¡Póngase de pie, querida!”. Luego nuestra amada maestra puso la cabeza de la sufrida mujer sobre su hombro, le acarició la cara y le dijo con amor palabras de verdad. Después la Sra. Eddy salió de la habitación y habló con su hermano, quien llevó a su hermana a su casa, y luego ella me pidió que la acompañara a cenar y le cantara. Aquella noche me dijo: “¿Viste lo que sucedió hoy con esa señora? ¡Bien! Nunca más volverá a ser demente en este mundo”. Y no ha vuelto a serlo.3
Mary Baker Eddy debió enfrentar su cuota de dificultades durante toda su vida, y la Biblia fue su apoyo constante durante períodos de estrés, temor, enfermedad y pena. Entre los pasajes a los que ella acudía estaba el Salmo 91, que comienza así: “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré”. Muchas veces abría la Biblia al azar en busca de guía y a veces anotaba en el margen la fecha y la necesidad que tenía en ese momento.
Un período particularmente difícil fue el que siguió al fallecimiento de su tercer esposo, Asa Gilbert Eddy, en 1882. Como hacía a menudo cuando estaba atravesando una dificultad, ella apeló a sus alumnos y amigos en busca de ayuda. Según el biógrafo Robert Peel, poco después del fallecimiento de Gilbert Eddy aconteció que “Delia Manley estaba parada sola en el pasillo cuando la Sra. Eddy bajó las escaleras, puso su cabeza sobre el hombro de la Sra. Manley y lloró. ‘Siento que hay algo en tu corazón’, le confió, ‘que entenderá lo que hay en el mío’’’.4
Mary Baker Eddy a veces daba voz a sus sentimientos mediante la poesía, cuando su pluma era su válvula de escape. Un ejemplo conmovedor de esto se relata en un artículo que aparece en el sitio web de la Biblioteca Mary Baker Eddy titulado “How did Eddy approach times of isolation?” [¿Cómo enfrentaba Eddy los períodos de soledad?].
Además de escribir ella misma, Mary Baker Eddy alentaba a sus seguidores a escribir para las revistas que ella fundó. Desde hace ya muchas décadas, The Christian Science Journal, el Christian Science Sentinel y El Heraldo de la Ciencia Cristiana incluyen artículos relativos a la salud mental.5 El periódico que ella fundó en 1908, The Christian Science Monitor, ofrece informes sustanciales sobre estos temas. Escuche, por ejemplo, este episodio de pódcast de 2021.
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- Véase Mary Baker Eddy, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras (Boston: The Christian Science Board of Directors), 638-640. Este testimonio de Eva J. Bray se publicó originalmente en el número de mayo de 1904 de The Christian Science Journal, páginas 100-101.
- Mary Baker Eddy, “Sermon by Mrs. Eddy, Nov. 16, 1884. (1st Peter 3 12.)” [Sermón de la Sra. Eddy, 16 de noviembre de 1884. (1 Pedro 3 12.)], 16 de noviembre de 1884, A10088.
- Clara Shannon, “Golden Memories” [Recuerdos dorados], We Knew Mary Baker Eddy, Expanded Edition [Conocimos a Mary Baker Eddy, Edición ampliada], Volumen II (Boston: The Christian Science Publishing Society, 2013), 205-206.
- Robert Peel, Mary Baker Eddy: The Years of Trial [Mary Baker Eddy: Los años de tribulación] (Boston: Holt, Rinehart and Winston, 1971), 116.
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