Serguéi Prokófiev y la Ciencia Cristiana
Serguéi Prokófiev, alrededor de 1918-1920. Cortesía de la Biblioteca del Congreso, División de Grabados y Fotografías, LC B2-4829-17.
La Biblioteca Mary Baker Eddy suele recibir preguntas sobre personas destacadas y su relación con la Ciencia Cristiana. Una de ellas es el compositor ruso Serguéi Prokófiev. Famoso por obras como el ballet Romeo y Julieta y la obra sinfónica Pedro y el lobo, está considerado como uno de los grandes músicos del siglo XX. Prokófiev compuso para muchos géneros musicales tales como ópera, ballet, sinfonías, conciertos para violonchelo, piano y violín, música para películas y varias obras solistas. Su música, aclamada en vida, todavía se estudia e interpreta con regularidad.
Prokófiev ha sido objeto de un buen número de estudios biográficos. Este artículo ofrece una visión específica sobre sus creencias religiosas, y cómo ellas dieron forma tanto a su música como a su vida personal.
Nació en abril de 1891 en la gobernación de Yekaterinoslav del Imperio ruso (actualmente Sontsivka, Ucrania). Prokófiev estudió música en el Conservatorio San Petersburgo en Rusia, a principios de 1904.1 En su infancia recibió clases de música, que estuvo influenciada por su madre, quien era pianista.2 Estudió intermitentemente en el conservatorio hasta 1918, mientras construía su carrera musical y viajaba para interpretar sus obras.3
Prokófiev abandonó Rusia en mayo de 1918, en parte debido a la revolución rusa que había comenzado en 1917. Refiriéndose a este acontecimiento en su autobiografía, escribió lo siguiente: “A Rusia no le servía para nada la música en ese momento”. Entre 1918 y 1923 vivió en varios países, entre ellos Japón, los Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Alemania.4 Durante esa época, se casó con la cantante Carolina (Lina) Codina (1897-1989). Tuvieron dos hijos.5 Prokófiev y su familia se mudaron a Paris en octubre de 1923, y al parecer fue allí donde más tarde le fue presentada la Ciencia Cristiana.6
En los días 25 de mayo y 6 y 7 de junio del año 1924, escribió estas entradas en su diario:
25 de mayo
Price [un amigo de Prokófiev] y su hija nos llevaron [a Prokófiev y su esposa Lina] en su auto a tomar el té a Sèvres… Hubo un momento en que Price estuvo a punto de morir de una enfermedad cardíaca, y cuando el médico le dijo que no había nada más que pudiera hacer por él, un practicista de la Ciencia Cristiana comenzó a orar con él, y se sanó por completo. Este relato me causó una profunda impresión…
6 de junio
La Sra. Wake vino a verme. Ella vivía en Sèvres en la misma posada que vivíamos nosotros, y nos contó maravillas sobre la Ciencia Cristiana. Price, el anciano tan amable que también vivía allí, y quien a duras penas se aferraba a la vida debido a una enfermedad cardíaca en ese entonces, se curó totalmente después de unos pocos tratamientos.
7 de junio…
… reflexión sobre la Ciencia Cristiana. Uno no puede simplemente ignorar resultados tan asombrosos sin querer saber más sobre ello.7
Poco después de esto, Prokófiev se reunió con la practicista de la Ciencia Cristiana, Caroline B. Getty (1864-1955), en parte para solicitar ayuda por medio de la oración para tratar problemas del “corazón” y “neuralgia”:
Ella [Getty] me preguntó qué sabía de la Ciencia Cristiana, y yo le respondí, que si bien había tenido oportunidad de ser testigo de algunas extraordinarias manifestaciones [es decir, Price], el conocimiento que había adquirido a través de otras personas [la Sra. Wake] sobre sus elementos esenciales, no era suficientemente sólido como para tener una correcta comprensión de su verdadera naturaleza. Ella dijo entonces: “Maintenant je vais vous faire un traitement” [Ahora, le voy a dar un tratamiento], y puso en mis manos un ejemplar de Ciencia y Salud, diciéndome: “Lea esto”.8
Unas semanas más tarde, el 28 de julio, Prokófiev comenzó a escribir sobre los beneficios del estudio de la Ciencia Cristiana:
Tuve dolor de cabeza por la tarde: un dolor neurálgico, el cual no debería haber sucedido después del tratamiento de la Sra. Getty. Leí el libro de la Ciencia Cristiana e hice algunas correciones más, aunque no muchas. Llegada la noche el dolor de cabeza había desaparecido, un acontecimiento poco usual.9
Si bien Prokófiev no tomó instrucción de clase Primaria de la Ciencia Cristiana, escribía frecuentemente en sus diarios acerca de asistir a los servicios religiosos.10 También escribió sobre cuánto apreciaba The Christian Science Journal:
Por la noche… leo artículos del Christian Science Journal, lo que me gusta mucho y encuentro que me ofrece mucho más que la “instrucción formal”.11
Durante un viaje a Boston en el invierno de 1930, Prokófiev se mostró ansioso de sacar provecho de la localidad donde se encontraba. Después de concurrir a los ensayos en la ciudad para una próxima presentación musical, fue a la Casa Editora de la Ciencia Cristiana para hacer un contacto de trabajo para un amigo y dar su opinión sobre una publicación traducida al ruso, mencionando esto en su diario:
… entre los ensayos y las presentaciones se nos facilitó un automóvil para ir al Symphony Hall, del que también hice uso para visitar La Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana…
Necesitaba presentarle a la persona adecuada un catálogo de trece artículos (de la Ciencia Cristiana) traducidos al ruso, que yo mismo había revisado y corregido por completo (estaba lleno de frases poco naturales, palabras inventadas en ruso, errores de puntuación, etc.).
… aunque me presenté con toda la humildad que pude, no dejaba de sentir cierto orgullo por la importancia de la tarea que había realizado.12
Sergei Prokofiev a Eve Crain, 31 de enero de 1933. Subject File [Archivo temático], Prokofiev, Sergey.
En sus escritos Prokófiev recalcó la importancia de la Ciencia Cristiana en su vida cotidiana. “No me encontraba bien”, observó en una ocasión. “Pero cómo mi estado de ánimo depende en gran medida de la Ciencia Cristiana”.13 El 31 de enero de 1933 le envió una carta a Eve Crain (1882-1963), una practicista de la Ciencia Cristiana que había conocido durante su estadía en Francia:
La Ciencia Cristiana me está ayudando muchísimo con mi música. Para ser más preciso, ya no concibo mi obra fuera de la Ciencia [Cristiana].14
Estudiar los últimos 20 años de la vida de Prokófiev, y su relación con la Ciencia Cristiana, es un trabajo que no aporta muchos resultados; sus diarios terminan en 1933, lo que dificulta conocer su pensamientos al respecto luego de mudarse a Rusia en 1936.15 La oposición de la Unión Soviética hacia diversas religiones puede haber influenciado en su decisión de no documentar sus pensamientos.16
Aunque Prokófiev no continuó escribiendo específicamente sobre la Ciencia Cristiana, parece ser que siguió expresando interés en la religión. En 1946 el compositor de la era de películas soviéticas, Sergei Eisenstein (1898-1948), le envió una carta, de la cual se habla en el libro biográfico de Harlow Robinson, Selected Letters of Sergei Prokofiev [Selección de cartas de Serguéi Prokófiev]:“… Me preocupó mucho saber que aún no te sientes bien” —escribió Eisenstein. “Conozco y comparto plenamente tu visión “moliéresca” de los médicos, pero aun así debes ir a verlos…”17 Robinson incluyó este pie de página relacionado: “Eisenstein sabía que Prokófiev no tenía mucha fe en la profesión médica; de hecho, el compositor se sintió fuertemente atraído por las ideas de la Ciencia Cristiana”.18 19
Luego de pasar 20 años en Rusia, Prokófiev falleció en Moscú el 5 de marzo de 1953, el mismo día que Joseph Stalin.20 Las investigaciones indican que la Ciencia Cristiana había jugado un papel fundamental durante el curso de su vida, y que la ayuda que afirmaba recibir de ella se extendió no solo a su música, sino también a su salud, su carácter y sus relaciones personales.
Este artículo también se puede leer en este sitio web en alemán, francés, inglés y portugués.
- En sus escritos compartió que nació el 23 de abril de 1891 (11 de abril de 1891 según el calendario de estilo antiguo, que se utilizaba en aquella época). Su certificado de nacimiento se encontró luego de su fallecimiento y la fecha de nacimiento que aparecía era el 27 de abril de 1891 (15 de abril de 1891 según el calendario estilo antiguo). Nicolas Slonimsky, The Concise Edition of Baker’s Biographical Dictionary of Musicians [Edición abreviada del diccionario biográfico de músicos Baker] (New York: Schirmer Books, 1994), 793.
- Véase Prokófiev, Prokofiev by Prokofiev: A Composer’s Memoir [Prokófiev en sus propias palabras: las memorias de un compositor] (Garden City, NY: Doubleday, 1979), vii, 8-10, 47.
- Véase Prokófiev, Prokofiev by Prokofiev, 97-318.
- Oleg Prokófiev y Christopher Palmer, traductores, Sergei Prokofiev: Soviet diary 1927, and Other Writings [Serguéi Prokófiev: diario soviético de 1927, y otros escritos] (London: Faber and Faber Limited, 1991), 260-275.
- Harlow Robinson, Sergei Prokofiev: A Biography [Serguéi Prokófiev: Biografía] (New York: Viking, 1987), 178-179.
- Prokófiev, Soviet diary 1927, 275.
- Anthony Phillips, traductor, Sergey Prokofiev diaries, 1924-1933: Prodigal Son [Los diarios de Serguéi Prokófiev, 1924-1933: el hijo pródigo] (Ithaca, NY: Cornell University Press, 2013), 57, 65-66. Lamentablemente, no hemos podido obtener más información sobre Price ni Wake.
- Phillips, Sergey Prokofiev diaries, 1924-1933, 68-69. Cabe señalar que “Price” y “la Sra. Wake” parecen haber sido añadidos en la traducción del diario.
- Phillips, Sergey Prokofiev diaries, 1924–1933, 78.
- Phillips, Sergey Prokofiev diaries, 1924–1933, 394, 396, 577, 587, 590, 600, 655, 659, 661, 672, 679, 688, 706, 710, 715, 736, 739, 745, 748, 757.
- Phillips, Sergey Prokofiev diaries, 1924–1933, 606
- Phillips, Sergey Prokofiev diaries, 1924–1933, 913-914.
- Phillips, Sergey Prokofiev diaries, 1924–1933, 1002.
- Phillips, Sergey Prokofiev diaries, 1924–1933, 393. Serguéi Prokófiev a Eve Crain, 31 de enero de 1933, Subject File [Archivo temático], Prokofiev, Sergei.
- Robinson, Sergei Prokofiev: A Biography, 313-346.
- Sabrina Ramet, Religious Policy in the Soviet Union [La política religiosa en la Unión Soviética] (Cambridge, England: Cambridge University Press, 1992), 4-5.
- Harlow Robinson, Selected Letters of Sergei Prokofiev [Selección de cartas de Serguéi Prokófiev] (Boston: Northeastern University Press, 1998), 219-220.
- Robinson, Selected Letters of Sergei Prokofiev, n.º 21.
- En su vejez, Prokófiev sufrió de distintos problemas de salud, y padecía períodos recurrentes de enfermedad, en especial después de haber sufrido una contusión en una caída en enero de 1945. El biógrafo Simon Morrison escribe sobre las consecuencias de este incidente: “Ese patrón se repetiría durante gran parte del resto de su vida: su salud mejoraría gradualmente, lo que le permitía trabajar a tiempo completo o medio tiempo, para luego empeorar repentinamente, dejándolo en cama con jaquecas insoportables y hemorragias nasales”. Simon Alexander Morrison, The People’s Artist: Prokofiev’s Soviet Years [El artista del pueblo: los años soviéticos de Prokófiev] (Oxford, England: Oxford University Press, 2009), 252-254.
- Robinson, Sergei Prokofiev: A Biography, 1.
