De los Documentos: Un copista para Mary Baker Eddy
Cuando Mary Baker Eddy comenzó a enseñar la Ciencia Cristiana a sus alumnos, fue desarrollando manuscritos. Estos incluían temas presentados en sus clases y se escribieron en forma de preguntas y respuestas. A algunos alumnos se les daba el privilegio de copiar los manuscritos y conservarlos para su propio estudio.
El primero de estos “manuscritos de enseñanza” fue una explicación textual, o exégesis, de los capítulos del Evangelio de Mateo. Mary Baker Eddy utilizó estos manuscritos para instruir a su primer alumno conocido, Hiram S. Crafts, en 1867.1 Posteriormente, ella desarrolló algunos otros manuscritos de enseñanza para sus alumnos, siendo el principal ejemplo “Preguntas y respuestas en la ciencia moral”. En el transcurso de la revisión, el manuscrito evolucionó hasta convertirse en un documento titulado “La Ciencia del hombre”, y tras otras revisiones se publicó en forma de folleto en 1876. Con el tiempo, “La Ciencia del hombre” se convirtió en el capítulo “Recapitulación” en el libro de Mary Baker Eddy Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, y experimentó otros cambios a medida que ella revisaba el libro en el curso de sus muchas ediciones.
La comparación de las muchas versiones de este manuscrito muestran que Mary Baker Eddy trabajaba continuamente para esclarecer sus enseñanzas y eliminar declaraciones que pudieran crear confusión o de alguna forma interpretarse como contrarias a su instrucción madura. En este sentido, escribió en Ciencia y Salud lo siguiente:
Cuando la Ciencia de la Mente era una revelación reciente para la autora, ella tenía que comunicar, al impartir esas grandes verdades, el matiz de las ideas espirituales desde su propia condición espiritual, y tuvo que hacer esto oralmente mediante el exiguo conducto provisto por el lenguaje y mediante su manuscrito que circulaba entre los alumnos. A medida que las antiguas creencias eran gradualmente expulsadas de su pensamiento, la enseñanza se volvía más clara, hasta que finalmente la sombra de viejos errores ya no se proyectó sobre la Ciencia divina.2
Algunos de estos “errores” tenían relación con las creencias de Phineas Parkhurst Quimby (1802-1866), un sanador magnético a quien Mary Baker Eddy había acudido en busca de tratamiento para sus problemas de salud antes de su curación de lesiones graves en febrero de 1866; curación que ella percibiría como el incidente marcó su “descubrimiento” de la Ciencia Cristiana. Otros manuscritos que usaba para enseñar también contienen material que, una vez revisado, fue incorporado a Ciencia y Salud.
Con el fin de producir sus manuscritos originales, Mary Baker Eddy contó con la ayuda de personas capaces de transcribir copias claras y legibles en su propia letra manuscrita. Entre ellas estaba Sally T. Wentworth. Mary Baker Eddy vivió con la familia Wentworth entre septiembre de 1868 y febrero de 1870. La Biblioteca Mary Baker Eddy posee varias copias de “La Ciencia del hombre” en su colección, junto con algunos de los demás manuscritos de enseñanza de Mary Baker Eddy, escritos de puño y letra de Sally Wentworth. Posee también un manuscrito que Mary Baker Eddy identificó como los escritos del difunto Dr. Quimby.
Los manuscritos que Sally Wentworth copió dan una idea de lo que Mary Baker Eddy estaba enseñando a sus alumnos en esa época. Uno de ellos, escrito en papel rayado azul, se reproduce íntegramente en el sitio web de los Documentos de Mary Baker Eddy. Puede verse en su forma manuscrita original, así como en una transcripción mecanografiada y anotada. Consta de preguntas y respuestas, comenzando por la pregunta: “¿Qué es Dios?”. El manuscrito define la naturaleza de Dios y el hombre, y la naturaleza de la materia. Por ejemplo, la respuesta de Mary Baker Eddy a la pregunta “¿Qué es el hombre?” explica:
La idea de este Principio y Alma es el Principio y la sustancia de esta idea llamada hombre porque es la vida e inteligencia de ella y por favor recuerden como uno de los puntos principales en la ciencia que el hombre no tiene sustancia ni inteligencia que estas pertenecen al alma y el alma se refleja a sí misma en el hombre por lo tanto el hombre es la sombra refleja del alma y toma prestadas toda sustancia inteligencia y vida del alma.3
Otras preguntas y respuestas se desarrollan sobre las definiciones básicas dadas. Quienes están familiarizados con las enseñanzas de Mary Baker Eddy en Ciencia y Salud se darán probablemente cuenta de que las respuestas a estas preguntas en sus obras publicadas son mucho más claras y no están sujetas a malinterpretación o confusión. Por ejemplo, su respuesta inicial a la pregunta “¿Qué es la materia?” dice que “no es sustancia… el alma es sustancia pues el alma y la materia no son uno, por lo que la materia considerada como sombra es la idea de Dios, pero la materia considerada como sustancia es una creencia y un error”.
Buena parte de este manuscrito contiene instrucciones para sanar a los enfermos, incluidas muchas ideas que serían familiares para el estudiante actual de la Ciencia Cristiana, como se expresa claramente en el capítulo de Ciencia y Salud, “La práctica de la Ciencia Cristiana”. Mary Baker Eddy se refiere a “dolencia de hígado” y “tisis” (tuberculosis) para ilustrar cómo un sanador de la Ciencia Cristiana puede encarar la curación de estas y otras enfermedades.
Una de las instrucciones para sanar que se da en este material, sin embargo, es una práctica que Quimby había usado, que consistía en frotar la cabeza del paciente. Aunque Mary Baker Eddy nunca utilizó este método en su propia práctica sanadora, algunos de sus primeros alumnos creían que era importante para sus pacientes, como forma de mostrarles que se estaba haciendo algo físico por ellos en el curso del tratamiento:
Frotar la cabeza no sirve de nada, sólo en la medida en que creemos, y otros creen que nos acercamos a ellos mediante el contacto físico, y ahora intentaríais frotar una creencia y esa creencia está localizada en el cerebro, por lo tanto, al igual que un médico coloca una cataplasma en el lugar del dolor colocáis vuestras manos donde está la creencia para eliminarla para siempre; ni por un momento dirijáis vuestro pensamiento al cuerpo [del paciente] al argumentar mentalmente en contra de la creencia, sino tomad vosotros mismos el alma, para destruir el error de vida, sensación y sustancia en la materia que haya en vuestra propia creencia, para que vuestro paciente esté consciente del efecto del alma sobre él; pues este principio trae armonía con él y destruye el error de los sentidos.
Con el tiempo, Mary Baker Eddy vio que frotar la cabeza del paciente era completamente contrario a la Ciencia Cristiana y no podía producir ningún efecto positivo. En consecuencia, procedió a eliminar esta práctica de futuras versiones de estos manuscritos y pidió a sus alumnos que borraran las referencias a ella de las copias que tenían en su poder.
En el siguiente manuscrito, Mary Baker Eddy también dedicó un considerable espacio a instruir a los sanadores exitosos respecto a cómo deben vivir y actuar en su vida personal:
Ahora bien, pues, para progresar más rápidamente, debéis eliminar todo pensamiento ofensivo, o móvil que no sea auténtico, no debéis amar el dinero más allá de reconocer que es un medio útil, no debéis mentir ni engañar, debéis ser Justos y Misericordiosos, y si albergáis alguna creencia que asigne placer a los sentidos, deberéis libraros de ella o si no, ¿cómo podréis destruirla en otros? Por ejemplo, nunca consintáis que un estudiante de la ciencia moral piense que tendrá éxito mediante algún método que no sea honesto; nunca acudáis a un paciente que sufra de un determinado error con el mismo error que queréis destruir; nunca visitéis con un cigarro o tabaco en la boca a un paciente que esté enfermo debido a los efectos de este mismo error de la creencia y, al argumentar en su contra, decir que no hay placer en ella, que es la verdad del caso, mientras vosotros literalmente estáis diciendo que lo hay; en ese caso vuestro error será doble, primero por hallar placer donde no lo hay y luego por manteneros en la materia cuando la ciencia nos mantiene fuera de ella, y no hay sensación allí, y en segundo lugar por ser deshonestos.
El manuscrito continúa de la siguiente forma:
Para progresar más cada día y cada año de vuestras vidas en la curación de los enfermos, debéis mirar más allá de vosotros mismos y trabajar sobre este punto más de lo que lo hacéis con vuestros pacientes, debéis preguntaros al intentar sanar, ¿vengo con la verdad a hacer esto o sólo con una creencia? Si es con la verdad estaré viviendo en la ciencia, viendo más allá de los sentidos y siendo capaz de leer los pensamientos del hombre, porque habré pasado de los sentidos al alma, en la cual veré realizada toda felicidad en hacer el bien. Ahora bien, si aprendéis esto sólo de mí y lo practicáis sólo por cumplir, tendréis que aprenderlo de nuevo y practicarlo sólo por su verdad, y este peso de la verdad de vuestro lado mostrará entonces vuestra posición científica junto al lecho del enfermo, y vuestra presencia allí a menudo sanará al enfermo sin una sola palabra de vuestra parte ni el más mínimo contacto con la persona.
Mary Baker Eddy también respondió la pregunta sobre cómo lograr que nuestra capacidad de sanar sea “maravillosa e inmediata”:
Siendo como Jesús preguntándoos a vosotros mismos, ¿soy honesto? ¿soy justo? ¿soy misericordioso? ¿soy puro? y siendo capaces de responder con vuestras demostraciones. Para hacer lo que podéis hacer por los enfermos responded esto, y no con los labios, porque si os estáis transformando en lo que se requiere de vosotros, entonces sois una ley para vosotros mismos y os preguntaréis, ¿estoy haciendo con los demás lo que quisiera que ellos hicieran conmigo? ¿estoy buscando la alabanza del hombre o la alabanza de Dios?, lo cual significa en la ciencia, ¿estoy pidiendo la aprobación al alma o se la estoy pidiendo a los sentidos? y la respuesta la hallaréis en la ciencia mediante la cual podréis saber.
El manuscrito continúa de la siguiente forma:
Si estáis buscando dinero en vuestra práctica más que vuestro propio progreso, más que ser perfectamente puros y honestos y justos y mansos y afectuosos estáis pidiendo felicidad a los sentidos en lugar de al alma, y vuestros pacientes no se recuperarán tan bien. Primero acudirán a vosotros y luego vosotros no estaréis lo suficientemente más allá de ellos y cerca del alma para apartarlos de los sentidos siguiéndoos a vosotros. El arroyo no se eleva más alto que su fuente. Si sois vanidosos, egoístas, avaros, engañosos o injustos al practicar la curación de los enfermos recordad que os estáis aferrando al error tan fuertemente como vuestro paciente. y la única diferencia es que el de ellos es un error de dolor en los sentidos, en tanto el vuestro es un error de placer en los sentidos, o la materia… Si sentís un creciente orgullo sabed que esto es error y no verdad si sois petulantes e irritables, velad…, si gustáis del tabaco u otros vicios semejantes…, si gustáis de las bebidas alcohólicas, si tomáis medicinas, si sentís alguna forma de placer en los sentidos, entonces estáis mirando en la dirección equivocada. y si miráis hacia allí durante mucho tiempo ciertamente iréis allí en creencia y no podréis sacar a vuestro paciente del error mientras estéis siendo atraídos hacia el error.
Fue probablemente una tarea ardua —así como un honor— para los primeros estudiantes de Mary Baker Eddy copiar bien estos manuscritos de enseñanza. Continúan siendo valiosos para los lectores de hoy, no solo para mostrar cómo las instrucciones de Mary Baker Eddy fueron ganando en claridad con el correr del tiempo, sino al revelar una guía útil para la práctica de curación eficaz por medio de la Ciencia Cristiana. Estos manuscritos (en inglés) están ahora disponibles en el sitio web del proyecto de los Documentos de Mary Baker Eddy, donde todos pueden leerlos.
Este blog también se puede leer en este sitio Web en alemán, francés, inglés y portugués.
- Para leer este documento (en inglés), véase A10062 y A10062B en el sitio web de los Documentos de Mary Baker Eddy (mbepapers.org).
- Mary Baker Eddy, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras (Boston: The Christian Science Board of Directors), 460.
- https://mbepapers.org/?load=A10064.