El “registro de los sueños”: Documentando a los tutores de George Glover
Retrato de estudio de George W. Glover II, posando con su uniforme militar, alrededor de comienzos de la década de 1860. P00801. J.H. Phillips. Documento original relativo a George W. Glover bajo la tutela de Russell Cheney, 25 de septiembre de 1859. Ubicación en las colecciones de La Biblioteca Mary Baker Eddy: Subject File – Glover, George Washington II – Guardianship Papers (Cheney Family).
Tenemos en nuestra colección dos papeles frágiles, hallados en la caja de seguridad de George Washington Glover III, el nieto de Mary Baker Eddy. Estos documentos constituyen una pieza clave de información acerca de los primeros años de la vida de su padre, George Washington Glover II, el hijo de Mary Baker Eddy.
Algo de información de contexto permite comprender mejor el escenario. George Washington Glover II nació en septiembre de 1844, cuando Mary Baker Eddy (por entonces, Mary M. Glover) tenía 23 años. Su esposo, George Washington “Wash” Glover, había fallecido tres meses antes, apenas seis meses después del matrimonio. Por ser mujer, Mary no podía ser la tutora de su hijo; el abuelo materno de George, Mark Baker, era legalmente responsable del pequeño.
Mark Baker también debía encargarse del sustento económico del niño. Las oportunidades de empleo para las mujeres eran limitadas y mal pagadas en la zona rural de New Hampshire donde Mary y George vivieron con sus padres hasta fines de 1850. Para entonces, Mark estaba por volverse a casar (la madre de Mary, Abigail, había fallecido el año anterior) y él decidió que su hija y su nieto debían mudarse.
La única opción que le quedaba a Mary era vivir con su hermana, Abigail Baker Tilton. Pero el travieso George no fue bienvenido allí. Mark Baker tenía una solución: George viviría con Mahala Cheney, una ex sirvienta familiar de confianza que vivía con su esposo Russell en una granja del norte de New Hampshire. La angustia de Mary por este giro de los acontecimientos es vívidamente expresada en un poema que escribió en esa época: “La vida está muerta, sin ti ha quedado vacía— / Estrella de mi terrena esperanza, bebé del alma mía”.1
Si bien Mary Baker Eddy nunca podría ser la tutora legal de George, si ella se volvía a casar, su marido podría, mediante resolución judicial, hacerse cargo del niño. Como Mary Baker Eddy lo expresó años después: “Mi pensamiento predominante al casarme de nuevo, era recuperar a mi hijo; pero después de habernos casado, su padrastro no consintió en que viviera conmigo”.2
Galería: Documentos originales con información sobre George W. Glover, bajo la tutela de Russell Cheney, 25 de septiembre de 1859 y 20 de abril de 1860. Subject File – Glover, George Washington II – Guardianship Papers (Cheney Family). Haga clic para ampliar cada foto.
Los documentos de la caja de seguridad documentan un acontecimiento imprevisto y no deseado: el agresivo y exitoso intento de Russell Cheney de obtener dinero de la familia de George. Cheney había sido nombrado tutor de Glover a comienzos de 1859, y apuntó al segundo marido de Eddy, Daniel Patterson, a quien consideró erróneamente como el anterior tutor del niño. En realidad, a los Patterson no les sobraba dinero. Estaban en quiebra y enfrentaban la ejecución hipotecaria de su casa en North Groton, New Hampshire.
Mark Baker respondió a Cheney, pagándole unos USD 200 (unos USD 7.400 a los valores actuales).3 Los documentos no mencionan a la madre de George, y es probable que ella no supiera nada del dinero que su padre le pagó a Russell Cheney. Este fue quizá uno de los períodos más angustiosos de la vida de Mary Baker Eddy. Ella escribió lo siguiente tras contar la historia de la separación de su hijo en su autobiografía:
Es bueno saber, querido lector, que nuestra historia material y mortal, no es sino el registro de los sueños, no de la existencia real del hombre, y los sueños no tienen lugar en la Ciencia del ser. Es “como un pensamiento” y “como la sombra que se va”. El designio celestial de las sombras terrenales es purificar los afectos, reprender la consciencia humana y llevarla alegremente de un sentido material y falso de la vida y la felicidad al regocijo espiritual y estimación verdadera del ser.
El despertamiento de un falso concepto de la vida, sustancia y mente en la materia, es aún imperfecto; pero bendigo a Dios por las lúcidas y pacientes lecciones del Amor que conducen a este resultado.4
Unos seis años más tarde, su vida comenzaría a cambiar con ese “despertar”: su descubrimiento de la Ciencia Cristiana.
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- Mary Baker Eddy, Retrospección e Introspección (Boston: The Christian Science Board of Directors), 20.
- Ibid.
- Ver Gillian Gill, Mary Baker Eddy (Reading, MA: Perseus Books, 1998), 114-115. Para más información sobre estos documentos y su importancia para comprender la relación de Mary Baker Eddy con su hijo, ver Jewel Spangler Smaus, “An important historical discovery” [Un importante descubrimiento histórico], The Christian Science Journal, mayo de 1983.
- Eddy, Retrospección, 21.