Mujeres que marcaron la historia: Catherine H. Anwandter
Retrato de Catherine Anwandter, alrededor de 1970, Archivos de la Iglesia, caja 534067, carpeta 335862.
Catherine Hobbins Anwandter (1909-1991) fue la primera maestra que enseñó la Ciencia Cristiana en español. Nacida en Chile, fue pionera en el desarrollo de la religión en América del Sur.
La Ciencia Cristiana comenzó a tener seguidores en América Latina a principios del siglo XX. Según el periódico The South Pacific Mail de Santiago: “La Ciencia Cristiana se dio a conocer en Chile mediante la curación de un maestro de una escuela estadounidense [local] en 1895. Esta curación despertó el interés de otras personas en Chile, quienes escribieron a los Estados Unidos pidiendo ayuda por medio de la Ciencia Cristiana, y fueron sanadas”.1
Aunque la Ciencia Cristiana tuvo una presencia temprana en América Latina, su libro de texto —Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy— no fue traducido y publicado en español hasta 1947, y en portugués en 1963. Esto contribuyó al desarrollo del movimiento de la Ciencia Cristiana en toda la región, promoviendo la práctica de la curación espiritual, el establecimiento de iglesias y el estudio individual.
La instrucción de Clase Primaria es otro elemento importante de la religión que Eddy estableció en los Estados Unidos en el siglo XIX. Consiste en un curso de 12 días dictado por un maestro autorizado, y se centra fundamentalmente en la comprensión más profunda de la relación entre Dios y el hombre y su aplicación en la práctica de la curación por la Ciencia Cristiana. Los libros de texto que se utilizan para la instrucción son la Santa Biblia y Ciencia y Salud. Sin las traducciones de Ciencia y Salud, no se podía ofrecer instrucción de Clase Primaria en español ni en portugués. Durante décadas solo quienes hablaban alemán, francés o inglés podían tomar este curso, y para hacerlo debían viajar a Estados Unidos o Europa. Cuando llegó a ser maestra, Anwandter hizo posible que los estudiantes tomaran la Clase Primaria en español. Desde entonces otros Científicos Cristianos han sido autorizados a enseñar en español o portugués en Angola, Argentina, Brasil, Chile, México, España, Estados Unidos y Uruguay.
Anwandter era la hija de Tomas Hobbins y Juana Norton.2 Nacida en Antofagasta, ciudad portuaria de la región del Desierto de Atacama de Chile, se educó en su hogar y en varias escuelas chilenas de Valparaíso y Santiago. Según una biografía de la iglesia, ella “se interesó en la Ciencia Cristiana después de una notable curación que tuvo cuando era joven”.3 Conoció la Ciencia Cristiana cuando su tía, quien tenía interés en la Ciencia Cristiana, compartió con ella sus nuevas convicciones espirituales. Más adelante Anwandter contó que en aquella época no podía caminar por sufrir de líquido en la rodilla, y que se sanó rápidamente por medio de la Ciencia Cristiana.4, 5
Ese hecho dio nueva orientación a su vida, y se afilió a La Iglesia Madre en 1932.6 Siete años después viajó al exterior para recibir instrucción de Clase Primaria. Al principio parecía imposible encontrar los medios para asistir a la clase, debido al costo del viaje. Pero años después Anwandter se referiría a la clase como un paso fundamental en su progreso. Ella también escribió acerca de los problemas económicos que sufrió su familia, y atribuyó su resolución a la forma de orar que aprendió en la Ciencia Cristiana.7La educación y la perspectiva de Anwandter eran cosmopolitas: hablaba cuatro idiomas con fluidez y viajaba a muchos lugares fuera de Chile. Con una sólida formación en las artes visuales, primero enseñó inglés y luego fundó su propia escuela.8 Su interés en los niños y en las búsquedas espirituales quedan de manifiesto en el siguiente extracto de un artículo de The Christian Science Journal publicado en 1962:
Los niños son especialmente sensibles a una atmósfera espiritual. Sienten la presencia gentil y positiva de la paz y la buena voluntad, de la felicidad y la confianza serena en Dios, de parte de sus padres o tutores; y al igual que las plantas en su ambiente adecuado, crecen y prosperan en consecuencia. A veces la disposición nerviosa y despótica de los adultos crea una atmósfera opuesta al Espíritu, y puede ser la causa inexplicada del carácter y comportamiento de muchos niños. Los pensamientos se sienten más intensamente que las palabras y la sensibilidad de los niños es rara vez engañada.9
Anwandter se desempeñó en su iglesia filial local, la Primera Iglesia de Cristo, Científico, de Santiago, Chile, como Lectora y en otros cargos. Ella se listó como practicista primero en el Journal en 1949, y posteriormente en las ediciones en francés, alemán, portugués y español de El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Según la historia de la iglesia de Santiago, Anwandter “realizó muchas curaciones notables”.10 Durante 20 años fue la única practicista listada de Chile.
Anwandter se convirtió en maestra de la Ciencia Cristiana después de asistir a la Clase Normal de La Iglesia Madre en 1961. Entre los alumnos a los que enseñó en español había integrantes de la primera generación que leyó Ciencia y Salud en ese idioma. La historia de la iglesia de Santiago menciona que, hacia 1980 “…han venido y continúan viniendo alumnos de todas partes del mundo para tomar instrucción de Clase Primaria, quienes nos enriquecen con su inspiración y entusiasmo”.11
Anwandter fue nombrada para formar parte del Cuerpo de Conferenciantes de la Ciencia Cristiana en 1970. Durante varias décadas mantuvo un compromiso espiritual con la tarea de hablar en público, que desarrolló durante los siguientes ocho años viajando por toda América Latina y otras partes del mundo. Dio conferencias en español, alemán, inglés y portugués. Al igual que todos los conferenciantes de la Ciencia Cristiana, escribía sus propias conferencias basadas en las enseñanzas de la Ciencia Cristiana.
La carrera de Catherine Anwandter al promover el desarrollo de la Ciencia Cristiana en América Latina fue notable. Quizás podría resumirse en la siguiente declaración de la conferencia “Cómo encontrar satisfacción duradera”, la primera conferencia que dio. “En la medida en que ustedes y yo encontramos nuestra naturaleza creada por Dios, el plan divino entra en nuestra experiencia diaria y da propósito y significado a nuestras vidas”.
- “Science Church Dedicated” [Dedicación de iglesia de la Ciencia Cristiana], The South Pacific Mail, 13 de junio de 1952, 18.
- República Dos Estados Unidos Do Brasil, Ficha Consular De Qualificação, Passaporte n. 1864, 28/V/1951.
- “New members of the Christian Science Board of Lectureship” [Nuevos integrantes del Cuerpo de Conferenciantes de la Ciencia Cristiana], Christian Science Sentinel, 8 de julio de 1970, 1257.
- Eva Leonora Norton, Catherine H. Anwandter y Marjory Hobbins de Balmaceda, “Out of great gratitude for all that Christian Science…”; “Al impulso de mi gratitud por todo lo que la Ciencia Cristiana ha hecho por mí…”; El Heraldo de la Ciencia Cristiana, julio de 1955, https://es.herald.christianscience.com/shared/view/fdr58uwima?s=e; The Christian Science Journal, July 1952, 385-387
- Anwandter, “How to Find Lasting Satisfaction” [Cómo encontrar satisfacción duradera], The Christian Science Monitor, 21 de septiembre de 1971, 5.
- Los Científicos Cristianos a menudo son miembros de La Iglesia Madre, de alcance mundial, y de una iglesia filial de Cristo, Científico
- Norton, Anwandter, de Balmaceda, “Out of great gratitude…,” 385-387.
- “New members of the Christian Science Board of Lectureship” [Nuevos integrantes del Cuerpo de Conferenciantes de la Ciencia Cristiana], 1257.
- Anwandter, “The Atmosphere of Spirit” [La atmósfera del Espíritu], The Christian Science Journal, January, 1962, 23.
- Isa. L. de Scholz, “La historia de Primera Iglesia de Cristo, Científico, de Santiago, Chile, de 1928 a 1980”, 28 de mayo de 1980, Archivos de la Iglesia, caja 530475, carpeta 220396.
- de Scholz, “La historia de Primera Iglesia de Cristo, Científico, Santiago, Chile”.