¿Tenía Einstein interés en la Ciencia Cristiana?
(Actualizado el 17 de julio de 2023)
A lo largo de los años, han circulado numerosas historias acerca del físico Albert Einstein (1879-1955) y su interés en la Ciencia Cristiana. ¿Alguna de ellas es verídica? Los libros sobre la vida y el pensamiento de Einstein no dicen nada sobre el tema.1 La Biblioteca Mary Baker Eddy investigó este asunto durante varios años. A continuación les presentamos lo que hemos descubierto.
En julio de 1950, la revista The American Mercury publicó una carta escrita por Blanche S.W. Carr, en la que ella contó que “Einstein le dijo a uno de mis amigos que Mary Baker Eddy había descubierto sus teorías del tiempo, el espacio y la materia”.2 Sospechando de la veracidad de esta afirmación, Ames Nowell, lector de la revista, le escribió al propio Einstein, pidiéndole que confirmara la autenticidad de esa afirmación. Helen Dukas, secretaria de Einstein desde 1928 hasta 1955, respondió lo siguiente: “Él [Einstein] me pidió que, en respuesta a su consulta, le informara que él nunca hizo la afirmación que se le atribuyó…”.3
Desde hace mucho tiempo, también han circulado afirmaciones de que Einstein dio un testimonio en una reunión vespertina de los miércoles y que frecuentemente visitaba la Sala de Lectura de la Ciencia Cristiana de Princeton, Nueva Jersey.4 Tras revisar nuestra colección, no encontramos fuentes confiables que confirmaran estas afirmaciones.
En 1970, cuando Dukas era la administradora de los documentos de Einstein, la practicista de la Ciencia Cristiana Dorothy Hunt Smith la llamó por teléfono, procurando verificar el presunto interés que Einstein tenía en la Ciencia Cristiana y su visita a la Sala de Lectura de Princeton. Dukas respondió que, sobre la base de su estrecha y prolongada relación con Einstein, ella podía afirmar que él no sabía nada acerca de la Ciencia Cristiana, que no había manifestado tener interés en ella, y que no había expresado ninguna opinión sobre ella ni hecho referencia a ella.5
Sin embargo, varias declaraciones de nuestra colección ponen en duda la categórica negación de Dukas.
William Hermanns fue una autoridad sobre la historia alemana desde la Primera Guerra Mundial hasta la era de Hitler, además de refugiado nazi. Era también Científico Cristiano y tenía una relación de amistad con Einstein. En 1943, Hermanns entrevistó a Einstein sobre los temas de la espiritualidad y la ciencia. Cuando lo consultó sobre su duda respecto a la existencia de los átomos, Einstein respondió: “¡Nunca he negado la existencia de la materia!”.6 Más tarde, Hermanns le contó una curación que había tenido mediante la oración y le preguntó a Einstein si le creía. Einstein respondió:
Ese testimonio no puede verificarse… Solo puede probarse que es falso. Obviamente, no niego que los pensamientos tienen influencia sobre el cuerpo.7
La actriz Elisabeth Bergner, amiga de Einstein, escribió acerca de sus conversaciones con Einstein sobre Dios y mencionó que una vez le entregó un ejemplar del libro de Mary Baker Eddy, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, estando él en Princeton. En una carta al archivista Lee Z. Johnson, recordó lo siguiente:
… estábamos hablando en mi vestidor después de una actuación… Tenía conmigo mi primer ejemplar de Ci. y S. (que por entonces yo sólo había leído en parte) y lo puse en sus manos, deseando conocer su opinión. Einstein lo miró largo rato, pasó las páginas, me lo devolvió y dijo ‘Du gesegnetes kind’ (frase que años más tarde yo traduje al Sr. Seely como ‘Blessed art thou’ [Bendita es] porque en las conversaciones diarias el Prof. nunca se dirigía a mí como ‘Du’ [tú], sino como ‘Sie’ [usted]).
Lamentablemente, por entonces yo era demasiado ignorante respecto a la C. C. como para estar segura hoy de si lo que él quiso decir fue que aprobaba el libro o mi continua indagación. Si en esa época yo misma hubiera conocido mejor el libro…8
Al mediodía de un miércoles de comienzos de la década de 1950, George Nay asistió a una reunión de testimonios en Quinta Iglesia de Cristo, Científico, en la ciudad de Nueva York.9 Al ver a Einstein, se presentó. En una declaración firmada del año 1970 Nay recordó la interacción entre ambos:
En una ocasión, cuando yo integraba el Cuerpo de Conferenciantes [de la Ciencia Cristiana] estuve de visita en Nueva York y me alojé en el Hotel Commodore. En esa época, yo asistía regularmente a la Sala de Lectura de Quinta Iglesia, situada cerca del hotel. La Sala de Lectura está ubicada en uno de los pisos superiores de un edificio de oficinas. La Iglesia queda cerca. Durante una de mis visitas a la Sala de Lectura, la Bibliotecaria me dijo que el doctor Albert Einstein asistía a veces a los servicios de los días miércoles al mediodía. Yo nada sabía de esto hasta que la Bibliotecaria, una mujer muy amable cuyo nombre no recuerdo y probablemente nunca supe, me lo dijo…
Luego asistí al servicio del día miércoles y lo busqué allí, pero no pude ubicarlo durante la reunión. Pero después del servicio lo vi caminando entre la multitud de asistentes. Era imposible no reconocerlo. Caminé hacia él y de la forma más delicada posible lo saludé por su nombre, me presenté y le hice saber que era un placer verlo en la iglesia. Al preguntarle qué le había parecido el servicio, me miró con esa mirada distante que podemos ver en todas sus fotografías y, según recuerdo después de tantos años, me dijo lo siguiente: “¿Se dan cuenta de qué cosa maravillosa tienen?”.10
Para más información, consulte nuestro artículo relacionado “¿Cómo empleaba Mary Baker Eddy el término física?“.
Este artículo también se puede leer en este sitio web en alemán, francés, inglés y portugués.
- Einstein and Religion [Einstein y la religión], de Max Jammer (Princeton: Princeton University Press, 1999), no menciona a Mary Baker Eddy ni a la Ciencia Cristiana, quizás indicando la dificultad de evaluar las afirmaciones respecto a una conexión. Einstein: His life and universe [Einstein: Su vida y su universo], de Walter Isaacson (Nueva York: Simon and Schuster, 2006), afirma que Hans Albert, el hijo mayor de Einstein, se casó con una Científica Cristiana (pág. 400). Isaacson no menciona que Albert Einstein tuviera interés alguno en la religión.
- Blanche S.W. Carr, The American Mercury, junio de 1950, 767. Carr había recibido una carta de un contacto, una tal Sra. Spalding, quien le había dicho que Einstein había afirmado lo siguiente: “… que hace 70 años una mujer haya descubierto hechos sobre el tiempo y el espacio que hoy yo sé que son ciertos es realmente sorprendente”, Ames Nowell a George Channing, 29 de julio de 1950, Archivos de la Iglesia.
- Helen Dukas a Ames Nowell, 7 de julio de 1950, Archivos de la Iglesia.
- Einstein vivió en Princeton desde 1933 hasta su fallecimiento en 1955.
- C. Earle Armstrong, Memo, Asunto: Dr. Albert Einstein y la Ciencia Cristiana, 20 de enero de 1970, Archivos de la Iglesia.
- William Hermanns, Einstein and the Poet: In Search of the Cosmic Man [Einstein y el poeta: En busca del hombre cósmico] (Brookline, Massachusetts: Branden Press, Inc., 1983), 59.
- Ibíd., 60.
- Elisabeth Bergner a Lee Z. Johnson, 19 de enero de 1971; ubicación en los archivos de la Iglesia: Subject File, Bergner, Elisabeth. Esta interacción fue destacada en una conferencia de la Ciencia Cristiana del año 1964 titulada “God, the Great Physician” [Dios, el Gran Médico], de Paul Stark Seeley, CSB, Archivos de la Iglesia, Archivo de conferencia publicada, 15-16.
- Más adelante, entre 1958 y 1972, Nay trabajaría como Redactor adjunto de las revistas de la Ciencia Cristiana.
- Declaración de George Nay sobre Einstein, 20 de octubre de 1970; Subject File, Einstein, Albert.