¿Cómo respondió La Iglesia Madre a los ataques del 11 de septiembre?
![B24918-F159715_nd_photograph_McKelvieKennethH_800x694 The Mother Church at night](https://www.marybakereddylibrary.org/wp-content/uploads/2021/08/B24918-F159715_nd_photograph_McKelvieKennethH_800x694.jpg)
La Iglesia Madre y la Plaza de la Ciencia Cristiana de noche, s.f.
Archivos de la Iglesia, caja 24918, carpeta 159715.
El martes 11 de septiembre de 2001 amaneció despejado y tranquilo en la costa este de los Estados Unidos. Veinte años más tarde, muchas personas en todo el mundo aún recuerdan dónde estaban y qué estaban haciendo cuando se supo la noticia de que los extremistas de al-Qaeda habían secuestrado cuatro aviones comerciales en misiones suicidas, que tenían por blanco el World Trade Center en la ciudad de Nueva York y el Pentágono en Washington D.C., lo que provocó casi 3.000 víctimas.
El Christian Science Monitor de inmediato comenzó a informar sobre este acontecimiento, cubriendo lo sucedido el 11 de septiembre y sus consecuencias. El Monitor incluyó historias de esperanza y unidad en su extenso reportaje diario. Un editorial del 12 de septiembre incluyó este párrafo:
Ahora es el momento de tener fortaleza de carácter —en especial moderación, resiliencia y compasión— no temor, pánico o trauma. Los efectos mentales secundarios de este acontecimiento deberían ser la prioridad más importante de la nación, para demostrar que los actos autodestructivos del mal no necesitan triunfar.
También advirtió sobre hacer sensacionalismo de los ataques:
Los medios de comunicación … deben revisar detenidamente la cobertura que realizan y darse cuenta de que tienen una función que cumplir al influenciar cómo los estadounidenses lidian con esta tragedia. Los medios no deberían estar en busca de ratings altos o de más circulación al centrarse en el trauma y la muerte. Más bien, ahora es el momento para que los periodistas estén a la altura de las circunstancias y proporcionen reportajes que muestren que los sobrevivientes tienen la resiliencia necesaria para hacer frente a esta pérdida.1
El Monitor continuó informando sobre el 11 de septiembre con este enfoque en los días y meses que le siguieron. Por ejemplo, el artículo titulado “Why do they hate us?” [¿Por qué nos odian?] analizaba cómo la presencia militar de los EUA y su creciente influencia en el Medio Oriente había causado resentimiento y desconfianza.
La Junta Directiva de la Ciencia Cristiana compartió “A Prayer” [Una oración], que se publicó en el Monitor el 17 de septiembre: “Oramos para comprender la visión que el Todopoderoso ya ha dado, y para que los recursos espirituales que Él ha esparcido sobre nosotros, templen los vientos de aflicción y enriquezcan nuestra capacidad de vivir con los demás con honor, respeto y afecto, día tras día tras día”.2
En los días que siguieron a los ataques, La Iglesia Madre rápidamente organizó sus departamentos para responder a lo sucedido. La gente se reunió el 12 de septiembre en la Plaza de la Ciencia Cristiana, en Boston, para tener un servicio religioso sanador. Dos días después hubo allí una vigilia para las víctimas junto al Espejo de agua. Esa noche, los concurrentes pusieron velas en el Espejo de agua para homenajear a las víctimas inocentes que habían perdido la vida. Este evento, que incluyó música y cantos colectivos, atrajo a cientos de participantes. Fue uno de los numerosos servicios que se llevaron a cabo por todos los Estados Unidos, y apareció en varios noticieros nacionales.
En las semanas siguientes a los ataques del 11 de septiembre, La Iglesia Madre anunció a la comunidad una respuesta progresiva por medio de la oración, que promocionó en volantes como este. Archivos de la Iglesia, caja 535659, carpeta 369240.
El sitio Web de La Iglesia Madre, conocido en esa época como spirituality.com, invitó a la gente de todo el mundo a reflexionar sobre el 11 de septiembre y compartir mensajes inspiradores. Los visitantes del sitio Web se reunieron diariamente durante cinco minutos, 30 días seguidos, en una vigilia de oración internacional.
Portada del número del 6 de octubre de 2001, del Christian Science Sentinel.
Cuando llegó la noticia de los ataques, el equipo del Christian Science Sentinel estaba terminando el siguiente número que se enviaría a la imprenta en tan solo un par de días. Al ver las noticias en la televisión desde sus oficinas esa mañana, reconocieron la gravedad de la situación y se pusieron a planificar un número de reemplazo que reflejara lo que acababa de acontecer. Generalmente esto se habría organizado a lo largo de varias semanas. Pero con la ayuda de la redacción del Christian Science Journal y otros departamentos de La Iglesia Madre, se comunicaron con varios escritores colaboradores y crearon todo el contenido nuevo necesario. El nuevo Sentinel revisado, de fecha 6 de octubre, se armó en apenas unos días y cumplió con el plazo de publicación previsto. Esto resultó en un renovado cronograma de producción que abrevió los futuros tiempos de espera de publicación e hizo que el Sentinel pudiera responder considerablemente mejor a los acontecimientos actuales.
“In the shadow of the WTC” [A la sombra del World Trade Center] mostró el relato de primera mano de Chris Meyer. Él acababa de salir de la estación del subterráneo el 11 de septiembre, cuando el primer avión chocó contra una de las torres gemelas. Describió cómo oró por todos en los edificios y en la ciudad de Nueva York:
… el momento en que vimos a alguien saltar desde lo alto del edificio… Simplemente me senté en la acera y empecé a orar. Automáticamente recurrí al Padre Nuestro… Fue muy difícil. Estaba diciendo el Padre Nuestro y cuando llegué a “Hágase Tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”, vi saltar a alguien. Eso te hace tragar saliva y golpear el suelo… Estaba decidido a hacer todo lo posible para reconocer que la presencia de nuestro Padre-Madre Dios estaba allí en lo alto con ellos, porque eso es lo que a mí me gustaría si estuviera ahí arriba. Quisiera sentir que una presencia divina estaba allí acompañándome, consolándome y protegiéndome.3
En “Voices of compassion heard on the street” [Se escucharon voces compasivas en la calle], dos empleados del Sentinel hablaron con transeúntes en la zona de Back Bay de Boston, donde está ubicada La Iglesia Madre.
Las revistas de la Ciencia Cristiana continuaron su respuesta en el Sentinel semanal, el Journal mensual y en varias ediciones de El Heraldo de la Ciencia Cristiana, publicando artículos y relatos personales de esperanza y curación de gente de todo el mundo. Entre ellos había afectuosas cartas de apoyo de varios países y entrevistas con practicistas de la Ciencia Cristiana, entre ellas la serie permanente del Sentinel titulada “Prayers for Peace” [Oraciones por la paz].
Un ejemplo de este enfoque sostenido fueron dos artículos que se concentraron en la experiencia de Janet Horton, capellana del Ejército de los EUA, quien estaba en el Pentágono el 11 de septiembre y ayudó a atender a los heridos. El primero fue un extracto de un artículo del Washington Post que se reimprimió en el Journal tres meses después del 11 de septiembre; el segundo fue un artículo más largo de Horton que se publicó para que coincidiera con el primer aniversario. Sus palabras reflejaron el impacto del 11 de septiembre en mucha gente, incluidos Científicos Cristianos, su iglesia y sus actividades:
Jamás estaré en el mismo lugar en el que estaba hace un año. Soy más sabia cuando oro. Espiritualmente estoy más alerta y tengo más claridad en mi puesto de atención. Estoy escuchando a Dios. Mis ojos están enfocados hacia adelante.4
Este blog también se puede leer en este sitio Web en alemán, francés, inglés y portugués.
- “Resilience and Restraint” [Resiliencia y moderación], The Christian Science Monitor, 12 de septiembre de 2001, 8.
- “A Prayer” [Una oración], Monitor, 17 de septiembre de 2001, 19.
- Chris Meyer, “In the shadow of the WTC” [A la sombra del World Trade Center], Christian Science Sentinel, 8 de octubre de 2001, 6-8.
- Janet Horton, “What I learned in the Pentagon courtyard” [Lo que aprendí en el patio del Pentágono], Sentinel, 9 de septiembre de 2002, 6.