“Jamás dudé”: Mary Baker Eddy y sus impresores
![2023-09-07 Printing plates Staged studio photograph of one of the wooden boxes that holds the printing plates for the first edition of Science and Health. A few of the plates are displayed in the photo as well, resting on the box or stacked in front of it.](https://www.marybakereddylibrary.org/wp-content/uploads/2013/02/2023-09-07-Printing-plates.jpg)
Las placas documentan la primera edición del libro de Mary Baker Eddy, Ciencia y Salud, publicado en octubre de 1875. Son reliquias de una era cuando la producción de libros era completamente distinta a la de impresión y publicación de hoy en día. Mary Baker Eddy publicó sus libros ella misma; por lo tanto, tuvo que encontrar compañías que se encargaran de la impresión y encuadernación. Estos objetos documentan su lucha por encontrar un impresor responsable dentro de su presupuesto.
En la primera edición de Ciencia y Salud, Mary Baker Eddy usó los servicios de W. F. Brown and Company de Boston. Tres años más tarde, la segunda edición (“Ark” [Arco]) de Ciencia y Salud fue impresa por Rand, Avery & Company, otra compañía de Boston. Al igual que Brown, su especialidad era la de imprimir folletos y volantes, no libros. Pronto se le hizo evidente a Mary Baker Eddy que el impresor no podía con el tamaño y la complejidad de esa tarea, y los errores tipográficos abundaban en las hojas de prueba.
La autora necesitaba ayuda. Y la encontró en John Wilson, de la nacionalmente conocida University Press, de Cambridge, Massachusetts. Él le ayudó a rescatar el libro, y Mary Baker Eddy entonces percibió que era el indicado para ser su impresor. Más tarde, en 1881 la University Press se haría cargo del trabajo con la tercera edición de Ciencia y Salud.
William Dana Orcutt trabajó para el Sr. Wilson y asumió la responsabilidad de imprimir las obras de Mary Baker Eddy cuando Wilson se jubiló. Participó en la producción de sus libros durante casi medio siglo. En 1950, Orcutt recordó lo que Wilson le había contado sobre sus primeros encuentros con Mary Baker Eddy:
En abril de 1880, hubo comunicación entre el Sr. Eddy (Asa Eddy, el esposo de Mary Baker Eddy) y John Wilson respecto a la tercera edición… Nada concreto salió de esa correspondencia; sin duda debido a que la Sra. Eddy no pudo pagar por adelantado la mitad del costo de la propuesta nueva edición. En cualquier caso, es evidente que decidió exponer su caso en persona, y eso explicó su presencia en la University Press esa tarde de enero en 1881… El Sr. Wilson, a estas alturas, siempre enfatizaba el increíble valor de esta mujer para enfrentar las dificultades que la habían acechado por todos lados. Luego, finalmente, llegaron al punto crucial. La Sra. Eddy le dijo que era necesario explicarle las dificultades financieras en las que se encontraba… La Sra. Eddy admitió honestamente que, si bien podría pagar unos cientos de dólares a cuenta, no le sería posible adelantar la mitad del costo, tal como el Sr. Wilson había insistido en la carta a su esposo. Su único ingreso provenía de las clases que daba y de los inquilinos a quienes les alquilaba una parte de su casa en 8 Broad Street, en Lynn, Massachusetts. Si la tercera edición iba a producción como ella creía que el Sr. Wilson la produciría, estaba segura de que podría vender la suficiente cantidad de ejemplares como para cubrir el costo, pero no podría pagar el total contra entrega. El Sr. Wilson jamás explicó, ni siquiera a sí mismo, la reacción que tuvo ante la petición de la Sra. Eddy. Desde el punto de vista empresarial tenía todas las razones para declinar la proposición hecha. “Sin embargo”, diría, luego de admitir la situación, “no tuve un solo momento de duda al aceptar ese pedido. Sabía que la factura iba a ser pagada, y me encontré realmente ansioso de llevar a cabo la impresión”. Le preguntó a la Sra. Eddy cuándo estaría listo el manuscrito. Ella buscó dentro de su bolso de mano y se lo mostró, totalmente terminado, listo para imprimir. “¿Lo trajo ante la posibilidad de que lo aceptara?”, le preguntó John Wilson, sorprendido. La Sra. Eddy sonrió. “No,” le contestó, “ni pensarlo. Jamás dudé”.1
Los archivos nos cuentan que Mary Baker Eddy tenía la esperanza de darle a Wilson todas las placas de impresión que tenía para poder reducir los costos. Pero descubrió que Rand, Avery & Company ya había destruido las placas de la segunda edición.
¿Es posible que una reducida colección de placas, que cubren las páginas finales de la primera edición, fuera todo lo que le quedaba a Mary Baker Eddy para darle a Wilson en 1881? ¿Es también posible que estas placas se las hayan quedado Wilson y su compañía durante todos los años en que imprimieron los libros de Mary Baker Eddy?
Cuando la firma Plimpton Press contrató a Orcutt en 1909, se hizo cargo de la producción de los libros de Mary Baker Eddy. Sabemos que Plimpton depositó más de 100 cajas de maderas de planchas que contenían las obras de Mary Baker Eddy en bóvedas bancarias en Concord, Nuevo Hampshire, para su resguardo. ¿Esta fue una de esas cajas? No lo sabemos con certeza. Para ello, se necesita hacer más trabajo de investigación en los archivos. Pero ¡se espera que algún día lo sabremos!
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